
Por Nikauly De La Mota
La República Dominicana es una nación que late con fuerza en cada rincón de su territorio y en cada corazón que, dentro o fuera de nuestras fronteras, siente orgullo de llamarse dominicano. Sin embargo, nuestra mayor fortaleza —nuestra gente— enfrenta retos que amenazan su bienestar, su seguridad y sus sueños de progreso.
Hoy, desde este espacio editorial que bautizamos Visión País, quiero invitarles a mirar juntos más allá de la inmediatez de la noticia y enfocarnos en el horizonte que como nación merecemos. Porque los desafíos que tenemos por delante no se resuelven con parches temporales, sino con decisiones firmes, coherentes y sostenidas en el tiempo.
Estamos en un momento histórico en el que se exige un liderazgo que sea capaz de unir, no de dividir; de escuchar, no de imponer; de pensar en el bien común, y no en la ganancia personal o partidista. La inseguridad, la crisis institucional, la corrupción, la falta de oportunidades para nuestra juventud, los desafíos migratorios y la desigualdad social no son problemas aislados: son síntomas de un modelo que necesita transformarse desde la raíz.
Creo en un país donde la familia, la fe, los valores y la soberanía no sean eslóganes vacíos, sino realidades palpables. Creo en un gobierno reducido y eficiente, donde cada peso público se invierta en salud, educación, seguridad y generación de empleo digno. Creo en una economía que no dependa de unos pocos sectores, sino que diversifique sus oportunidades para que cada dominicano pueda aportar y prosperar.
Pero, sobre todo, creo en la capacidad de nuestra gente para unirse cuando el propósito es grande. La historia nos ha demostrado que, cuando dejamos a un lado las diferencias y nos enfocamos en lo esencial, somos invencibles. Lo vimos en la defensa de nuestra soberanía, en la solidaridad ante tragedias y en la creatividad con la que enfrentamos las crisis.
El reto es que esa unidad no se dé solo en los momentos de emergencia, sino como un compromiso diario. Que podamos debatir con respeto, construir consensos y exigir cuentas a quienes nos gobiernan. Que la política vuelva a ser el espacio donde se construye futuro y no donde se destruyen reputaciones o se negocia la dignidad del pueblo.
En Visión País, no solo analizaremos la coyuntura; plantearemos rutas claras hacia la transformación. No hablaremos desde el pesimismo, sino desde la convicción de que sí, una nación puede reinventarse cuando su gente decide hacerlo.
La República Dominicana que merecemos está a nuestro alcance, pero requiere que cada uno de nosotros asuma su papel: ciudadanos informados, líderes responsables, instituciones íntegras y un compromiso real con el país que dejamos a nuestros hijos.
Hoy, más que nunca, es tiempo de mirar hacia adelante, de levantar la cabeza y de trabajar, juntos, por una República Dominicana digna, fuerte y próspera.
Bienvenidos a Visión País, la voz que cree que sí podemos.




